Escarbando Basura

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Erase un hombre. No solo se había quedado sin trabajo, sino que tampoco tenia nada para comer. Se sentía profundamente humillado al tener que tomar aquella determinación, pero no le quedaba otro recurso. Muy temprano salió de su casilla de tablas,en las afueras de una villa, y agarró para el centro de la ciudad. No iba a buscar trabajo, iba a recorrer los tachos. Porque parecía que lo que a él tanto le andaba faltando, a otros les sobraba hasta para tirar.

A propósito comenzó muy de madrugada su recorrida. No tenía ganas de que nadie lo viera,y además había que ganarle a los carros de la municipalidad. Destapó uno de los tachos y sintió la repugnancia de tener que escarbar allí para conseguir el pedazo de pan, o la media fruta que sería su alimento aquél día.

Casi con asco fue seleccionando lo poco aprovechable que lograba sacar. Porque aún en la situación que estaba, conservaba sus delicadezas. En un bolso que llevaba fue guardando lo poco que le parecía más o menos bueno: media galleta, a la que rebanó la parte ya mordida;una manzana de la que separó la parte podrida; un corazón de repollo, del que tiró las hojas marchitas de afuera.

Poco a poco, y tacho a tacho, fue equipando su bolso, dejando atrás suyo y frente a cada parada, un reguero de desperdicios que ni siquiera quería volver a tocar para meterlos nuevamente en los depósitos de residuos. No quería perder tiempo, porque no deseaba que nadie fuera testigo de su situación humillante. Pero en una de esas, al mirar para atrás, vio que tenia un testigo inesperado, alguien que lo seguía. Otro pobre hombre, peor vestido que él mismo, recorría los mismos tachos de basura que él ya había revisado, y recogía en una bolsita de plástico muchas de las cosas que él había tirado.

Lo que él había considerado inservible, a un hermano suyo le serviría ese día como alimento. Se sintió tan inmensamente conmovido al comprobar lo que estaba sucediendo que, sin pensarlo dos veces, retrocedió y, abriendo su bolso, le entregó al mendigo la mitad de lo que había juntado. Y al compartir ese poco que tenia se sintió enormemente rico.Y mientras regresaba feliz a su casilla, miraba con compasión a todos los satisfechos que pasaban a su lado,mientras se iba repitiendo:

POBRES… POBRES SON LOS QUE NO SABEN COMPARTIR.

Mateo 25:34-40

Nueva Versión Internacional (NVI)

34 »Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: "Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo.35Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento;36necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron." 37 Y le contestarán los justos: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber?38 ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos?39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y te visitamos?" 40 El Rey les responderá: "Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí."


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Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el cetro de tu reino. Salmos 45:6
 

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