
Siempre fue un Joven diferente, cada uno recibe un Don especial, y el suyo se desarrolla con el balón en sus pies Sin embargo, como sucede en muchas ocasiones, cuando te crees preparado para escribir tu propio destino, la Providencia puso a prueba al muchacho, Una caída fatal, un trágico accidente que, tras romperle una vértebra, pudo dejarle parapléjico de por vida.
A partir de entonces, reconfirmó su fe en el Dios que le había sido enseñado desde niño, que le ha transformado en lo que hoy es y que nunca se cansa de recordar: lleva una pulsera con el nombre de «Jesús», sus botas el lema «Dios es fiel» escritos en la camiseta con la frase: «Pertenezco a Jesús».
Un alma sencilla que, a pesar de poseer en su historial y currículum un alto grado de fama mundial, en cada paso que da, deja muy en claro que es cristiano y que la fe es lo más importante en su vida.
Heredero de un ejemplo materno –quien hacía comida para todos sus amigos cuando jugaban en la calle-, selló la trayectoria y humildad que han marcado su destino. No es común que uno de los jugadores más importantes del mundo decore su vestuario con salmos de la Biblia, que ore antes y después de cada partido. Kaká es diferente y, con ejemplos como el suyo, se hace evidente que la fe puede romper todos los moldes.
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